lunes, 1 de junio de 2009

Con una excusa discográfica..


Acabo de ver un concierto donde la discografía era el punto común, el hilo directo. Los músicos intentaron hilvanar lo más reciente contenido en el catálogo de la EGREM, la empresa fonográfica más antigua de Cuba, creada en 1964. Me agradan esas presentaciones donde más que un «locutor guía», los espectadores palpan el hecho mismo. El sábado último, en el Teatro Karl Marx de La Habana, era la música vista en distintas zonas de la sonoridad nacional, la protagonista. Me llevé a mi padre, quien se convirtió de un momento a otro en uno de los mayores escépticos de la noche gracias a la lluvia. Más que todo quería que la velada resultara. El inicio fue muy cubano, con la orquesta de Pupy y los que son son. Luego los organizadores, siguiendo la idea de proponer lo último del inventario discográfico, mostraron los puntos fuertes de la disquera. En el pop escogieron a tres jóvenes que suenan mucho actualmente: Diana Fuentes (CD Amargo, pero dulce), M Alfonso (CD Señales) y Leoni Torres (CD Bajo la piel). La estrategia se repitió con la trova —como pasó con Raúl Torres (CD Maqueta de platino)— y las relaciones que esta tiene con géneros como el propio pop (Buena Fe, álbum Catalejo). Sucedió con la canción y de hecho, con Omara Portuondo y ese memorable tema Amiga, cantado junto a Elena Burke y Moraima Secada. Omara asume las personalidades musicales de sus colegas y logra, con una interpretación sorprendente devolvernos ese tema, para mí imprescindible en su repertorio. Observé a padre, y en la parte en que la Burke debía intervenir con voz ronca, se levantó de su asiento para aplaudir a Elena en la piel de la Portuondo. Fue sencillamente especial. La línea sonera fue retomada en varios momentos del espectáculo que dirigió Santiago Alfonso. Pude escuchar por primera vez en vivo aquel tema que Israel Rojas, líder de Buena Fe, escribiera Mi mujer y mi ex, y que tan loablemente interpretara Pedrito Calvo y la Nueva Justicia. También me gustó la gran organicidad escénica de la Charanga Habanera. Esos muchachos mostraron que el género igualmente es un espectáculo coreográfico. Un desfile de orquestas se escuchó (Arnaldo y su Talismán, Sur Caribe...) y concluyó con la actuación de Manolito Simonet y su Trabuco y ese número que se mueve entre la salsa y el reguetón que es Control, título que también da nombre a su disco.
La EGREM abrió su catálogo actual. El público quiso degustar en vivo lo que escucha en la radio y un poco menos en discos. Pero me dejan la sensación de que quiero seguir escuchando los álbumes completos. Para el próximo año, en la edición Cubadisco 2010, se ha anunciado que se expenderá la cifra de un millón de discos. Seré de las primeras en «hurgar» en los dossier de las disqueras, quiero tener en mi archivo mucho de lo que se hace en la música de mi país. Algo que la EGREM me ha adelantado con este concierto homenaje.

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