lunes, 15 de junio de 2009

Cuando Formell y Los Van Van forman parte de tu vida

El viernes fue uno de esos días en que adoré la profesión ejerzo. No crean, los días y las noches en el periodismo dan una satisfacción increíble, pero hay otros espacios de tiempo en los que escribir, hacer literatura diaria se hace denso.

Pero un día hablamos de esos temas, porque hoy quiero comentarles de la otra noche, cuando haciendo periodismo pude asistir a la entrega del título de Doctor Honoris Causa en Arte al músico Juan Formell.

Les confieso que lo primero que pensé fue en la grandeza del líder de los emblemáticos Van Van, al cronicar la vida cotidiana en minutos cantados, musicalizados. Es difícil lograrlo, pero Formell lo hizo con La Habana no aguanta más, Por encima del nivel y muchos otros títulos.

«La música de Juan Formell no es solo popular, es culta, porque él es un clásico de la música cubana», decía el pianista Chucho Valdés, en la ceremonia de entrega de la alta distinción, para describir la obra innovadora en el campo de la música bailable de la Isla hecha por el músico, y cuya agrupación es considerada un paradigma entre las orquestas soneras.

Las palabras de Formell denotaron sencillez: «Todavía no me lo creo. No sé si me lo merezco o no. Nunca pensé en mi vida que se me diera esa oportunidad de que se me reconociera mi labor durante tantos años».

Los Van Van han marcado a generaciones enteras de cubanos. Los Rolling Stone de la salsa, como los llaman algunos, han mantenido su indiscutible paso por los escenarios nacionales y extranjeros durante casi 40 años.

Me alegró que fuera a la familia, los fundadores y los músicos actuales de Van Van, a quienes Formell dedicara el título. Mi padre y mi madre han bailado con esa orquesta, lo he hecho yo y me agrada que como Chapeando y Arrasando —los discos más actuales de la agrupación—, existan otros que nos describan desde las letras y la melodía como cubanos. Ellos, sin dudas, forman parte de nuestras vidas.


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