martes, 27 de abril de 2010

Cubadisco mide el kilometraje del pop

Lo prometido es deuda. Siempre dicen. He dicho a mis lectores que escribiría en detalles sobre las categorías de Cubadisco 2010. Hoy comienzo y lo hago con el pop. Esta vez en concurso hay cuatro volúmenes de la disquera Bis Music: Kilómetro cero, de Ernesto Blanco; Dulce locura, de Patricio Amaro; A la felicidad, de Haydée Milanés; y Mírame, de Jacqueline Vell; mientras por la EGREM aparece el álbum de Diana Fuentes, Amargo pero dulce.  
Denotan esos trabajo una
búsqueda por ganar en el  terreno melódico, por salirse de los lugares comunes para contar las historias, y tomar así distancia de conceptos que se manejan en otras regiones del mundo.
Pues aunque algunos ven en el género elementos de frivolidad y un marcado pacto con lo comercial, la forma con que se encaran estos álbumes supera para bien algunas concepciones y las propuestas están influenciadas por otros estilos oriundos de nuestro país o foráneos. Sin embargo cuidado, que estos discos no olvidan los términos de mercado.
Sus autores son jóvenes artistas y es precisamente ese apartado, una muestra de cómo el quehacer de los más nuevos encuentra una brecha en las casas discográficas nacionales, sobre todo en un género no oriundo de la Isla.
Siento que este será uno de los segmentos donde va a resultar difícil pronosticar el ganador por el equilibrio de las entregas de los aspirantes. Cada uno de los álbumes particulariza una forma de hacer música, lo cual encuentra eco en el empaque gráfico que los envuelve.
Es el diseño uno de los aspectos que la industria fonográfica nacional no desconoce, de ahí que en estos cinco ejemplares haya un cuidado en el uso de tonalidades, fotografías e ideas generales, para componer desde la gráfica también la idea que sus autores desearon ofrecer.
Entre las temáticas nos llega de disímiles maneras cómo ilustrar el amor, la felicidad y la forma de relacionarnos. Buscar las claves para decirlo en la actualidad les ha ocupado tiempo a Patricio, Haydée, Diana, Ernesto y Jackeline.
Dulce locura lo expresa en las 11 canciones que integran el CD, todas escritas por Patricio Amaro. Con un aire roquero, el autor regala doblemente el sencillo que da título a su producción discográfica -uno de ellos es un remix inclinado hacia la música disco-, e incluye Nunca te olvido, un éxito de Amaro que ahora viene como bonus track.
José Manuel García Suárez y Eddy Cardoza López produjeron el álbum, además de que participaron activamente en la grabación, mezcla y masterización de este producto.
Suenan agradable al oído Ya no pienso en ti, El cielo en tu boca, Llegué caminando y la balada rock Para la vida, donde la guitarra es protagonista junto a la voz del cantante.
A la felicidad hace alusión en su portada a un cuadro conocido, pero también traduce en canciones lo significa ser feliz para una artista. Diseño, fotografía y música se unen para armar ese concepto, que al decir de Haydée Milanés, es su visión personal de apreciar el tema.
Casi una docena títulos enarbolan esa máxima, que para nada toma ideas idílicas y sí reales sobre una temática en la que todos los seres humanos tenemos mucho que aportar.
La cantante referencia lugares significativos de su ciudad como sucede con En el muro del Malecón, y se une a otros músicos para expresar sus letras, tales son los casos de David Blanco, René Espí y Haydée Milanés en el track que nombra el volumen, o en No me hables, una composición que realizó junto al poeta brasileño Thiago de Mello, donde toman la ruptura de una relación amorosa como conducto principal de la canción.
 

El disco tiene otras voces que acompañan a la de Haydée, como la de Omara Portuondo (Discreta), el argentino Pedro Aznar (Espíritus que llegan), David Blanco (Puente de amor), o la de su padre Pablo y la de Robertón Hernández con la melodiosa flauta de José Luis Cortes (El Tosco) en Yo quiero que me quieras.
La primera «brisa» que escuché de Mírame fue el tema Se me olvida. Jackeline Vell hace en él gala de su proyección vocal y nos devuelve la canción, escrita por Jesse Suárez, con una particular forma de interpretarla.
Jackeline anexa a ese conocido título otros nueve en su primer álbum. No se despega la intérprete de su proyección  lírica, una especialidad que estudió en su natal Holguín. En Mírame no hay letras de la cantante, quien aseguró en la presentación del CD que fue en busca de personas que escribieran lo que deseaba expresar. De ahí que escogiera piezas de Osmani Espinosa, Jesse Suárez, Bismark Estupiñán y Antonio Alonso Brito, entre otros.
Allí emerge esa visión del romanticismo y una mirada emancipadora de la mujer en la sociedad. Así se muestra Quédate con él, Quién dice que no, Animales, Nada —cuyo videoclip obtuvo varias nominaciones a los Premios Lucas—, y Gente auténtica —video seleccionado para la campaña de prevención de las enfermedades de transmisión sexual en la Isla.
Un homenaje a la guitarra y a grandes instrumentistas que constituyen paradigmas de la vida artística de Ernesto Blanco, es uno de los motivos de Kilómetro cero, su también  punto de partida discográfico.
Ernesto es el productor musical de esta ópera prima, que contiene 10 sencillos en los que Blanco matiza su visión del pop con géneros como el mambo y el chachachá.
La guitarra de Ernesto y la banda que lo sigue, protagoniza dos instrumentales, Rebelión y Madrugadas. Sobresalen sencillos donde Blanco se une a su hermano David en Solo positivo y a Dianela de la Portilla en Tú y yo, pero es Reinas de la noche uno de los tracks más conocidos del CD. 
Diana Fuentes, la propuesta de EGREM en la categoría de pop, desanda los caminos del género donde descollan el sencillo que titula el álbum Amargo pero dulce, la balada Luna de vino tinto —un exquisito dúo de Diana y el trovador Carlos Varela, cuya letra firma el autor de Monedas al aire —, la canción con mezclas de hip hop con Mad at me, y otras maneras de expresar la música, donde la cantante esboza su forma personal de interpretar.
 

Esta primera entrega de la cantante junta en una decena de temas a autores reconocidos como el propio Carlos Varela y  a Descemer Bueno —además director y productor musical del CD—, y por supuesto, incluye composiciones de Diana.    
Sin dudas, Cubadisco 2010 pone sobre la mesa cinco producciones fonográficas que representan a un género que ya va consolidándose en la Isla. Más que buscar a un ganador para una de sus categorías, el certamen apunta a hacia la variedad de cultores que ya encuentra un reconocimiento en la escena nacional.

viernes, 16 de abril de 2010

Cubadisco 2010 en detalles

Quiero hablarles hoy de Cubadisco 2010, un evento que trata de mirar en lo más reciente de la fonografía nacional y premiar allí lo mejor. El certamen ya se acerca y, por supuesto, que ya se han dado a conocer los nominados. Por eso hoy comparto declaraciones exclusivas de su presidente y alguna que otra noticia relevante sobre los lauros. 
Comienzo por la declaración que este jueves en el afamado Cabaret Tropicana, Ciro Benemelis, presidente del comité organizador del evento fonográfico más importante de la Isla, me diera: “Diría que todas las categorías de Cubadisco 2010 son fuertes. La selección ha sido muy rigurosa”.
Y es cierto, como asegura Benemelis, los apartados de música popular bailable y pop, poseen este año el calificativo de “reñido” por la calidad de los álbumes en competencia.
Entre los volúmenes de la música bailable figuran entregas muy populares como No mires la carátula, de la Charanga Habanera, y Mango, de Arnaldo Rodríguez y su Talismán. Por su parte, al jurado le será también difícil emitir su veredicto entre las propuestas del pop, pues allí podemos encontrar discos como Kilómetro cero, de Ernesto Blanco; Dulce locura, de Patricio Amaro; A la felicidad, de Haydée Milanés; Amargo pero dulce, de Diana Fuentes; y Mírame, de Jacqueline Vell.
Se percibe una notable presencia de los jóvenes músicos en las nominaciones. El impacto de los noveles artistas se evidencia no solo en categorías como el pop, sino en música instrumental, popular bailable y de concierto, jazz, fusión, rock, rap y muchas otras.
De las entregas hechas por los más nuevos despuntan Amnios 1407, de Yasek Manzano; Cimarrón, de Rember Duharte; Con clarinete, del grupo Aire D’ Concierto; Sones y flores, de Alter Ego; y el CD DVD Buena Fe live, de Buena Fe.
Trasciende entre las candidaturas una nueva categoría: la de música campesina, temática a la que Cubadisco 2010 prestará particular interés en segmentos como su Coloquio Internacional y en los conciertos . Así lo ha afirmado Ciro Benemelis: «queremos hacer relevancia a este tipo de melodía, porque nos hemos dado cuenta que mucho de ese arte se pierde y no se graba».
Otro punto importante que descolló de la Gala de nominados fue el anuncio de los Premios Internacionales que otorga desde 2007 el evento. Estos galardones recayeron en los puertorriqueños de Calle 13 —quienes estuvieron en marzo último en La Habana—, por Los de atrás vienen conmigo y del grupo Mapeyé, El ritual de la fiesta de Mapeyé.
Igualmente fueron galardonados los españoles Joaquín Sabina con Vinagre y rosas, Martirio con Martirio, 25 años en directo, y el grupo Ojos de brujo con Aocaná; el paraguayo Ricardo Flecha con El canto de los Karaí, y los discos Saudações, de la Camerata Romeu (Cuba) y Egberto Gismonti y Alexandre Gismonti (Brasil), y Playing for change. Songs around the world, de varios intérpretes estadounidenses.
Asimismo, Cubadisco 2010 dio a conocer sus Premios Especiales, concedidos a Separados por el mar, una producción cubano-boricua del proyecto Decimanía; La isla del Coco, colección de la disquera Bis Music dedicada a los niños; Argeliers León, monográfico de Producciones Colibrí sobre la obra de ese compositor cubano, dirigida por el pianista Ulises Hernández; Cerca del río, zarzuela infantil también de Colibrí hecha con niños cantores, Noel Nicola: nos queda la canción, un documental de Carlos León para el Sello Unicornio; y Leyenda viva, un álbum doble de Oscar Valdés al frente de Diákara, presentado por Bis Music.
"El disco es una obra de arte", ha sentenciado Ciro Benemelis, y es precisamente esta Feria Cubadisco 2010 —certamen que tendrá lugar del 15 al 23 de mayo en La Habana—, un buen momento para corroborarlo.

martes, 13 de abril de 2010

Un canto a la Patria

Hoy les comento de mi última cobertura. El sábado último estuve, como muchos cubanos, admirando el arte de la Isla y eschuchando a los músicos hablar de su compromiso con Cuba en la Tribuna Antiimperialista José Martí de La Habana. 
Así lo tengo claro: Cuba es mi razón de ser. Hoy no quiero escribir tanto y si dejarlos con las fotos de mi colega Roberto Suárez, sobre ese especial momento que se creó el sábado.

viernes, 2 de abril de 2010

Sinfonía mágica de sábado

He querido ahondar en Música Cubana sobre el tema que aborda mi trabajo de hoy en la sección cultural de Juventud Rebelde. El corrector de estilo del diario me ha motivado a que les cuente a los lectores más sobre el músico argentino Jorge Rotter y su experiencia en el taller que imparte a la orquesta del Lyceum Mozartiano de La Habana, que tendrá como feliz término el concierto, hoy en la tarde, en el Teatro Auditórium Amadeo Roldán de La Habana.
Conocí a Rotter la pasada semana, en el receso del ensayo vespertino con la orquesta. Era la tercera jornada suya en La Habana y me impresionó su forma de ver a los músicos que tenía bajo su batuta.
“La mayor parte de las cosas que hemos ensayado han quedado incorporadas. Eso es muy importante. Es un buen síntoma de la capacidad de la orquesta. Tiene un buen nivel, algunos sobresalientes, pero todas las agrupaciones lo tienen, pues la técnica juega en esto un rol muy importante.
"Estoy muy contento, incluso tengo que decir que en varios momentos del ensayo me sentía musicalmente emocionado, que es, al fin y al cabo, lo que queremos que después sienta el público: la emoción musical de la obra, así como fue hecha por los compositores.
"Observaba en estos jóvenes músicos que hay pasajes que parecen facilísimos y el que escuche el concierto no sabrá cuánto trabajo hay detrás de cinco segundos de música".
Sabía que Jorge Rotter es el director actual de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Mozarteum de Salzburgo (Austria) y del Ensemble Klagkonzepte de Nümberg, Alemania, especializado en música contemporánea. Avalan también al maestro argentino el haber guiado filarmónicas de su país natal y de otras naciones latinoamericanas. El tenerlo en la Isla me animó a sostener esta conversación que ahora les dejo.
-¿Cómo evalúa la formación de estos jóvenes músicos cubanos?
-Excelente. Me parece que son chicos talentosos, por supuesto son interesados en prepararse y tienen buenos maestros. Hay una gran seriedad en ellos por el trabajo, ya que tienen mucha paciencia. Digo paciencia porque cuando uno es más nuevo, es más impaciente por ir adelante, y la paciencia en el aprendizaje de la música es fundamental, es una necesidad total y estos chicos la poseen.
-¿Qué objetivo persiguen los talleres en el Lyceum Mozartiano de La Habana?
-Nuestra idea es realizar tres por año, durante un período de tres años y llegar a presentar la orquesta en Europa.
-¿Cuánto le ha aportado a su práctica diaria la experiencia de pasar por varias agrupaciones europeas y argentinas?
-La vida de un músico es aprender durante toda su existencia, y trabajar y aplicar lo que ya sabe. Los directores recibimos mucho de las orquestas que guiamos y los años nos dan experiencia. En mi caso, además enseño dirección orquestal en la Universidad Mozarteum de Salzburgo.
"Así que mantener el diálogo con mis alumnos me hace aprender, porque me obliga a formular de forma pedagógica ideas que no tenía de antes, para que sean incorporadas. La práctica artística es la suma de experiencias y tenemos la suerte de que podemos volcarla hacia los demás".
-La mirada a la enseñanza de la música clásica en Europa es muy distinta a la de otras regiones del mundo. ¿Cómo logran que el modelo de ustedes sea exitoso?
-El punto de partida es muy diverso en el Mozarteum de Salzburgo, porque el lugar que ocupa la música clásica es decisivo en Austria, al igual que en Alemania, Holanda e Inglaterra y otros países europeos que tienen esa tradición, que data de varios siglos. Es como una especie de centro al que vienen a estudiarla personas de todas partes del mundo.
"El sistema de estudios allá, parte de un nivel universitario, pues el primario y secundario quedan a cargo de los conservatorios y escuelas de música. En consecuencia, la Universidad Mozarteum, como sus similares en Inglaterra, Alemania..., recibe alumnos de todo el mundo y muchos de ellos, ya graduados en sus países.
"Volviendo a La Habana, observo aquí que son chicos muy talentosos y me he enterado que varios de ellos han realizado cursos fuera o van a hacerlo. Naturalmente eso es muy importante porque no solo mantienen el contacto con un buen maestro, sino que una vez que vuelven, multiplican el resultado, porque la gente a esa edad es muy receptiva".
-En Latinoamérica hay otros ejemplos de instituciones que desarrollan la música de concierto. ¿En qué punto de ese desarrollo está Cuba, si se compara con referentes como Venezuela?
-No he estado en Venezuela, pero conozco su proyecto de orquestas juveniles. Sé de sus resultados, que son muy buenos, aunque es completamente diferente al cubano, el cual está muy bien encaminado”.