martes, 21 de diciembre de 2010

Jazz con Temperamento

Como las películas es uno de esos sencillos electrizantes que Roberto Fonseca y Temperamento deslizan por la conductividad de su música. Ver al joven pianista y el resto de los integrantes de su pequeña agrupación jazzística es un eterno viaje a lo mejor del jazz latino mezclado con la sonoridad cubana.
Fue el último sábado en el Teatro Mella, durante uno de los conciertos del 26 Festival Internacional de Jazz, que pude apreciar el trabajo de Fonseca. Impresiona en el mismo el esquisito diálogo del piano con la bateria, el bajo y el clarinete y el saxofón.
Dijo sentirse a gusto con su público y dedicó a la gente de su Cuba, Lo que me hace vivir, un tema dinámico y conmovedor que nos recuerda también en nuestras mentes a la Mayor de las Antillas.  
Es que Roberto es un pianista excepcional. Su versatilidad lo ha llevado a colaborar con artistas reconocidos como Omara Portuondo en su disco Gracias -merecedor del Grammy Latino el pasado año-, e Ibrahim Ferrer en su CD Mi sueño; con el Guajiro Mirabal y el bajista Cachaito en sus álbumes en el Buena Vista Social Club; además de formar parte de los volúmenes de Javier Zalva (Baritoncha) y el de Angá Díaz (Echumingua) .
Lo que más sorpernde de Fonseca es su capacidad para moldear estilos y adaptarse a ellos con talento. Así sucedió con sus colaboraciones en los discos de los raperos de Obsesión y del folclorista brasileño Carlinhos Brown.
Entre su discografía, que ya supera los seis volúmenes, Roberto también muestra su visión de interpretar y componer, algo que se palpa en las presentaciones en vivo junto a su proyecto Temperamento. Elengó, No limit, Tiene que ver y Akokán, son algunos de sus fonogramas.
El joven artista nació en La Habana en 1975 y como expresa en su web oficial, ha seguido fiel a su principal anhelo desde el comienzo de su carrera: “Quiero que mi música llegue a la gente que no me conoce, y sueño en convertirla algún día en un punto de referencia para mi público…".

viernes, 10 de diciembre de 2010

La música y el cine

La bella del Alhambra
Me divierte muchísmo estar en los cines por estos días y ver cómo la música también se convierte en un personaje de la historia. Coincido con Robert Kraft: "no hay mejor música para cine, excepto la apropiada para cada película". Kraft, productor musical, compositor y presidente de Fox Music en Hollywood, ha estado en dos ocasiones en La Habana y en cada una de ellas ha dejado su manera melódica de ver el séptimo arte.
Porque la música, amigos, en una película no puede verse solo en el género específico que ya ha designado el cine, que por cierto deslumbra en con grandes nombres como Molino rojo, Chicago en las representaciones hollywoodenses más recientes, pero también en ejemplos criollos como esa insuperable cinta de Enrique Pineda Barnet, inspirada en el texto de Miguel Barnet (Canción de Rachel), que es La bella del Alhambra o en ejemplos más actuales que se han inspirado en personajes destacados del escenario sonoro nacional, como El Benny (Jorge Luis Sánchez) y Zafiros: Locura azul (Manuel Herrera) que se refiriera a la vida de los populares Los Zafiros.
En estos días de Festival del Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana, pudo ser apreciado un filme español ambientado en la capital cubana. Chico y Rita representaba así la escena sonora de la Isla con los aderezos de la buena melodía criolla y lo significativo es que lo hace desde la animación.
La recomiendo.
Pero las notas musicales van mucho más allá del musical como género, para conectarse en los largometrajes con el argumento. Ya es imposible imaginarse una película sin banda sonora. Lo demostró el pasado año con un sencillo acto Robert Kraft. El artista motivó a los presentes a la conferencia magistral que impartió en el Festival de Cine de La Habana, primero con pequeñas escenas sin melodías y después las «vistió» con ellas. Ahí se hizo la magia. Robert lleva muchos años en este empeño y son varias las cintas en las que ha volcado su imaginación, para el nada sencillo arte de musicalizar secuencias cinematográficas.
Para
lograr un mejor filme hay que saber cómo combinar gustos y adecuar conceptos estéticos. El buen sabor nos quedará siempre. Coincido con Kraft nuevamente: "Si el filme tiene una buena historia y buenas actuaciones, la música fluye". Y son muchos los filmes que recordamos por el tema musical. Ese es un gran mérito.