viernes, 26 de febrero de 2010

Las canciones al piano de José María Vitier


Hoy les comento sobre un pianista que, desde su sensibilidad, tocará títulos imprescindibles en varios escenarios de Cuba. José María Vitier ha querido que su gira nacional -titulada Canciones sin palabras-, lleve en las entrañas esos temas que tantas veces entonamos y que también reconocemos por su melodía.
Siempre le ponemos un nombre genérico a estos recorridos. En esta son esas importantes canciones, lo único que nadie cantará. Solo soy yo al piano”,  me ha dicho este viernes el artista.
Vitier, que iniciará el periplo el 4 de marzo en la ciudad de Guantánamo, se confiesa un eterno admirador de la trova, la cultura afrocubana, la rumba y el jazz. Cargado de esos géneros y con su talento, interpretará clásicos nacionales como Quiéreme mucho de Gonzalo Roig, y el Son de la loma de Miguel Matamoros.
Sus composiciones también viajarán por las localidades cubanas. Así llevará Variaciones afrocubanas, una versión libre de José María sobre temas yorubas, sus románticos Gacela del amor imprevisto y Deseos, y su devota Oración por Cuba, entre otros.
Para los 13 conciertos previstos, el músico ha invitado a los percusionistas Adel González y Luis Bárbaro Rodríguez. En esas presentaciones hará “muchos estrenos, porque la mitad del material es nuevo”, apunta.
José María revela que en este momento ha estado grabando mucho y “los conciertos -tanto los de la gira como el de La Habana el 24 de marzo en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, que será diferente-, están basados en material que saldrá en próximos fonogramas”.
Es el tercer año consecutivo que Vitier emprende este tipo de recorrido. Los anteriores fueron promocionando su CD DVD Pulsos de vida -presentado en la pasada Feria Internacional Cubadisco-, y su disco Paisaje interior.
Aunque las presentaciones en Santiago de Cuba, Bayamo, Manzanillo, Camagüey, Cienfuegos, Santa Clara, La Habana, Cárdenas, Bejucal y San José de las Lajas; mantendrán muy ocupado a José María, ya avizora nuevos proyectos discográficos.
Casi a punto de salir están esas versiones de temas que dan nombre a su gira y que incluyera el artista en un fonograma editado por el sello Autor de la SGAE. A esto se suma un álbum dedicado a la música de cámara.
Son el periplo Canciones sin palabras y las novedades discográficas, una oportunidad para ahondar en ese increíble mundo sonoro de José María Vitier. Sin dudas, constituyen pinceladas que el público no perderá de vista.

martes, 23 de febrero de 2010

Dos trovadores, dos conciertos

¿Por qué la música tendrá ese efecto de recordarnos buenos momentos? ¿Por qué a veces nos sorprendemos cantando un pedazo de alguna canción que ni creíamos conocíamos? No sabía que tenía en mi subconsciente tantos fragmentos de canciones de Polito Ibáñez y Raúl Torres. Descubrirlo el viernes y el sábado últimos en dos teatros de La Habana, fue algo mágico.
El lirismo y esa capacidad de Polito de mostrar en sus letras cómo somos de románticos y preocupados por nuestro día a día, lo encontré en el Teatro Mella. Ibáñez presentaba su nuevo disco Sombras amarillas (Bis music 2010)  y no perdió la oportunidad de interpretar clásicos suyos como Ausencia donde solo se hizo acompañar del piano, Recuento, Piercing de amor, Como nacen las hojas...
Noté que Polito persigue la misma cuerda reflexiba en Sombras amarillas que en sus entregas anteriores. En la portada del CD el cantante aparece con el aire clásico del trovador con su guitarra, mientras en el concierto se le veía acompañado de una banda, algo que en la actualidad constituye una tendencia entre los trovadores en Cuba. 
Me agradó del nuevo fonograma que sobresaltara su faceta de cronista social y que Ibáñez nos regalara En la basura, donde habla de esas pequeñas cosas que nadie quiere ya llevar consigo. También Gente de pueblo destaca ese noble empeño de dialogar sobre las personas sencillas que conviven junto a nosotros en la ciudad. 
Sin embargo, sentí que la velada junto a Polito se ponía por momentos tensa, causadas por algunas demoras entre un tema y otro, y las retardadas y reiteradas afinaciones de las guitarras, súmele a ello que el concierto comenzó casi 30 minutos después de lo previsto y duró aprximadamente dos horas.

Maqueta sabatina 

Raúl Torres escogió la frase Maqueta de platino como título del disco que grabara en 2009 con la EGREM. A seguirlo en esos temas donde Torres se le ve inmerso en un campo más experimental y de otros muy conocidos quiso el trovador convidar el sábado último en el Teatro Karl Marx. 
Celebraba así dos décadas al calor de la melodía y poniendo en ella letras que hablan de los vivencias personales y colectivas. De ahí que en el escenario sabatino se le viera a Raúl acompañado de muchos colegas. Esa noche hubo en escena momentos memorables como ese de David Torrens y Raúl en Only you, un sencillo con toques de blue en el que resultó un gustazo disfrutar junto a las interpretaciones del saxofón de Ernesto Camilo Vega como fondo. 
Con Kelvis Ochoa, Torres quiso cantar una de sus canciones más conocidas Candil de nieve. La unión de ambos resultó especial, aunque también sientiera nostalgia en ese tema por la voz de Pablo Milanés, quien no estuvo presente esa noche por compromisos de trabajo como explicara en un video difundido en la velada.
Me agradó igualmente el acople que encontraron el trompetista Yasek Manzano y Raúl. Asimismo, me sorprendí tarareando el tema de este último junto a Israel Rojas y Yoel Martínez (integrantes de Buena Fe),  donde pedían: "Vamos a abrazarnos fuerte/ vamos a querernos mucho/Que nuestro amor contagie gente y limpie el odio de este mundo"...
De uniones fabulosas también encontré la de Raúl junto a Lynn Milanés y a Yolo Bonilla. Igual sucedió con la calidad de los instrumentistas invitados: Abel Acosta (tres, percusión) y la orquesta del Conservatorio Amadeo Roldán.  
En fin, que me pareció excelente volver a encontrarme con estos dos trovadores. Cada uno con una forma distinta de hacer música, pero con ese común punto de marcar en la conciencia de sus seguidores las frases exactas de sus canciones, esas que escuchamos en los buenos momentos y repetimos sin rubor en algún que otro concierto. 

sábado, 20 de febrero de 2010

Se los prometo

Prometo escribir el lunes de dos conciertos a los que acabo de ir este fin de semana. No lo hago ahora porque mi cabeza está a punto de estallar con una terrible migraña. Solo les adelanto que La Habana estuvo trovadoresca durante viernes y sábado con Polito Ibáñez y Raúl Torres de concierto. Si alguno de los lectores de Música Cubana quiere compartir sus impresiones sobre ambos conciertos, pues me dejasus comentarios y vemos cómo los acomodamos. Un saludo y excelente domingo.

viernes, 12 de febrero de 2010

Un canto a la felicidad

Estuve unos días sin escribir para ustedes, pero siempre los llevo en esa cavidad palpitante que tenemos en el pecho. Hoy les traigo un buen tema, surgido al calor de una cobertura reciente. Les cuento...
Una instantánea “dibuja” lo que se quiso mostrar en letras musicalizadas. Una portada grafica lo que significa ser feliz para una artista. La fotografía y la música se funden para armar el concepto de felicidad, que al decir de su creadora, es una visión personal y a la vez universal, de apreciar ese tema.
Es un disco quien capta todo ese entramado de canciones e imágenes. Es lo nuevo de la cantante Haydée Milánes, que recién ha presentado la disquera Bis Music. El álbum es el tercero de la intérprete y con él desea que llegue un mensaje feliz a quienes lo escuchan.
Once sencillos enarbolan esa máxima, que para nada toma ideas idílicas y sí reales sobre una temática en la que todos los seres humanos tenemos mucho que aportar.
Pero, ¿cuál es la estrategia de Haydée?. Pues ella se vale, para referenciar, de lugares significativos no solo para sí misma, sino para sus coterráneos, como sucede con En el muro del Malecón, una alusión precisa a ese particular sitio habanero a través de las frases: Qué buscamos/qué queremos tener/cariños guardados del ayer/recuerdos vamos a recorrer/sonrisas que no puedo perder/en el muro del malecón.
Otros temas no dejan fuera al amor, como expresión suprema de todo momento eternamente positivo y gratificante. Entre ellos se encuentra el que da título al volumen, A la felicidad, cuya letra la firman David Blanco, René Espí y Haydée Milanés, siendo esta última la autora de la melodía.
También está permeado de esos aires románticos Yo quiero que me quieras, una exquisita mirada a la relación de pareja que encuentra toda la calidez y la esperanza en las voces de sus intérpretes -Pablo Milanés, Roberto Hernández y Haydée-, y en la flauta de José Luis Cortes (El Tosco). 
No me hables deviene fino ejercicio de reconocer el fin de una relación. Así el poeta brasileño Thiago de Mello y Haydée toman la ruptura como conducto principal de la canción y logran el efecto que desean.
Haydée igualmente describe en sus textos la llegada Discreta de la lluvia y allí la acompaña Omara Portuondo. Además, la cantante se adentra, junto al argentino Pedro Aznar, en esos Espíritus que llegan a través de la música y que salvan a la gente de momentos tristes. Luego, invita, de conjunto con David Blanco, a trazar Puentes de amor colectivos como una manera de regocijo y de ser feliz.
Comparto la idea expresada por Oni Acosta en la presentación del CD A la Felicidad. La Milanés sabe hacia dónde va el mercado, pero no por ello deja de brindar un álbum valioso, con una sonoridad apegada a lo más actual y con formas novedosas de hacer los arreglos musicales –por cierto su mano está en la totalidad de ellos.
En todos los textos Haydée escribe o se hace acompañar de músicos como René Espi y David Blanco. El proyecto le ha tomado dos años, sin embargo ha valido la pena emplear ese tiempo. Resulta que, para ella y los jóvenes a los que dedica el disco, les es siempre grato hablar de la felicidad, y enhorabuena que lo haya mencionado.  

*En la foto Haydée canta junto a su padre Pablo Milanés.