En la ciudad donde crecí, se trata cada año de captar esa esencia raigal, dibujada en su música de campiña. Desde la décima de los bardos y el sonido de las guitarras y laúdes, se compone el paisaje del labrador de la tierra, el primer amor a la orilla del arroyo, las comidas más genuinas...
Las Tunas ha tratado durante más de cuatro décadas de preservar tales tradiciones. A los colores de ese cuadro de vida costumbrista, en la oriental ciudad cubana se le impregna ese tono real con la realización, siempre a finales de junio, de la Jornada Cucalambeana.
En las riberas del Río Hórmigo y rememorando aquellos «rumores» descritos por El Cucalambé, se sitúan poetas, repentistas, bailadores y personas interesadas en que esa imagen captada por Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, sea visible, vigente.
Se trata cada año de captar en vivo la fotografía del hacer cotidiano de los campesinos y, desde la década de 1960, es El Cornito el lugar idóneo para palpar tal panorama.
Allí, donde naciera el bardo el 1ro de julio de 1829, es el encuentro. Quizá porque en pleno vaticinio del autor de Rumores del Hórmigo —figura prominente de la espinela del siglo XIX en Cuba—, el lugar verdaderamente inspira a los poetas para compartir sus versos a la sombra de los bambúes, en el Concurso Iberoamericano de la Décima; los repentistas improvisan sus estrofas cantadas en el Justo Vega; y los bailarines danzan hasta gastar sus zapatos en el Encuentro de Danzas Campesinas.
En las noches es el Anfiteatro el gran auditorio, el sitio donde se representa lo que ocurre en el campo, pero con texturas más artísticas. En las veladas siempre se festeja la belleza femenina, el arte del país invitado, la persona agasajada...
Esta vez la Jornada Cucalambeana acontecerá del 29 de junio al 3 de julio próximos. En escenarios y en puntos de encuentros informales se reverenciará a la repentista Tomasita Quiala; al Premio Nacional de Literatura, Pablo Armando Fernández; así como al estado mexicano de Querétaro.
La espinela, presente en los parajes rurales de la Isla desde los tiempos de los españoles, será el motivo de los análisis de especialistas, estudiosos y musicólogos, como Virgilio López Lemus y la doctora María Teresa Linares.
Todos ellos dialogarán sobre la huella ibérica en las culturas tradicionales de Latinoamérica en el XV Festival Iberoamericano de la Décima, que se desarrollará dentro de la Jornada Cucalambeana.
Y la mirada de los medios a la música campesina puede verse en un foro preparado para debatir sobre la temática. El Comité Organizador creó —como en los tres últimos años— un espacio alojado en el sitio web de la cultura tunera, para ese propósito. El 30 de junio será la inauguración oficial, a la cual ya se han convidado a profesionales del sector y los artistas asistentes.
Así están el arte y la campiña. Juntándose gracias a las décimas y las melodías. El campesinado exhibe en las Jornadas Cucalambeanas su tradición y describe a la Isla desde uno de sus matices más arraigados. Una composición pictórica que siempre parte de las riberas de un río y con los versos de un bardo, inspirado en los ya célebres «rumores» de las vivencias de la gente de campo.
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