Descorchan un año como con la champaña. Beberán 12 meses de un tirón, porque en definitiva, medio siglo no se festejan todos los años. La Sinfónica de mi Isla cumple sus primeros 50 abriles. Ella canta su "oda de la alegría" a quienes cada semana se sientan en frente al escenario, también a ese mágico teatro auditórium Amadeo Roldán que con su acústica y su espacio físico, permite que la melodía de la agrupación no se conviertan en silencio.
Aunque 1959 marcó el inició del proyecto, fue el año siguiente la fecha justa para presentar el primer concierto de la OSN. Un programa dedicado a la música de Alejandro García Caturla se escucho esa vez, como claro referente de que la Sinfónica hurgaría en el repertorio nacional sin obviar la música tradicional y la popular, para conjugarla con los clásicos de la sonoridad universal.
«Son cuatro conciertos a lo largo de todo este año para festejar», dice el director general de la OSN. El primero, previsto para este domingo en el Teatro Auditórium Amadeo Roldán, dirigirá la orquesta el maestro Guido López-Gavilán.
Allí se reconocerá a 16 fundadores y tres instituciones muy relacionadas con la fundación de la orquesta como lo fueron el ICAIC, el Teatro Nacional y el Ballet Nacional de Cuba. Del cine se recuerda la participación de la agrupación en la musicalización de películas como Historia de la Revolución.
Sin dudas, me uno a esta celebración eterna, esa donde el goce y el regocijo, se alcanza desde el lunetario, escuchando lo mejor de nuestra sonoridad, gracias a la melodía salida de la Sinfónica.
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