No estuvieron presentes todos los invitados que intervienen en el disco Pi 3,14, pero no importó. Al público le bastó con la presencia de los protagonistas: Buena Fe. Fueron dos conciertos, distribuidos entre viernes y sábado último, en los que el lenguaje utilizado por el dúo, devenido banda también, caló profundamente en los asistentes al capitalino teatro Kar Marx.
Pi 3,14 resulta ser una coordenada circulada, simétrica que apunta hacia los diferentes teoremas de la vida cotidiana nuestra. Así una amplia gama de textos, que toman su esencia de la contemporaneidad, se esparcen en los doce temas que reúne el fonograma, presentado a finales de diciembre por la EGREM y que tuvo el pasado fin de semana la prueba de fuego para un espectáculo en teatro.
Aunque la gira realizada por Buena Fe en enero pasado fue un buen momento para compartir las canciones, ha sido ese concepto de dominio del escenario el que ha impresionado a quienes asistieron al coliseo habanero.
Diría solo que en este aspecto, los líderes de la banda podrían haber explotado mucho más la ritmicidad que tienen sus propios temas y aprovecharlo para desplazarse hacia todos los ángulos de la escena.
Pero fue la acogida de las canciones lo que distinguió la velada, si tenemos en cuenta la corta existencia de Pi 3,14, basados en la fecha de su presentación. Desde los asientos llegaban al escenario solicitudes para que se interpretara Despedida, el sencillo que grabara Buena Fe junto a Pablo Milanés, quien no pudo asistir al concierto, sin embargo fue válido el recurso que utilizaran un karaoke para que fuera seguida la canción.
Mamífero nacional, esa jocosa letra de Israel Rojas, contó con la presencia de Eliades Ochoa. El timbre tradicional de Ochoa y la conjugación de las voces entre los cantantes puso de pie a muchos de los presentes en el teatro.
La relación de Buena Fe con el recientemente fallecido crítico de arte, Rufo Caballero, fue reverenciada con Contracorriente. Mientras, al amor se le cantó con Lotería. Entre los más aclamados estuvieron también Miedos, Todo el mundo cuenta –dedicada a José Martí-, y el que da título al álbum.
Entre los invitados de la noche, Buena Fe tuvo a destacados instrumentistas como el trompetista Juan Kemel y el clarinetista Ernesto Camilo Vega.
Para recordar producciones anteriores, el grupo hizo un collage donde seleccionó algunas de sus letras, como sucedió con esa escena de la vida en las ciudades del interior del país con Parque de provincia, y Soy, entre otras.
En el cierre, la banda se hizo acompañar de un espectacular toque de tambores que combinó con sus sencillos más movidos. Así se despidió, a tono de Fin de fiesta y con ese gran sonido de aplausos que ya se gana Pi 3,14.
Soy seguidor de grupos como Buena Fe y otros tantos que promueven la musica inteligente y la trova de modo general. Quisiera decir que si, realmente el disco mantiene en gran medida la esencia del grupo pero considero que es el de menos calidad en su historial, podria hasta frisar el termino de comercial y no es un criterio aislado, muchos jovenes lo pensamos asi. Espero que nos sigan cautivando con su arte.
ResponderEliminarMe parece muy interesante tu opinión Jorge. Eres un seguidor del grupo/dúo y se nota por lo que escribes. A mí me parece Pi... un disco más preocupado por hablar sobre temas esenciales y cotidianos y veo en ello un acierto de Buena Fe.
ResponderEliminarMe parecen significativos en ese aspecto dos canciones que de algún modo resumen mi argumento: Miedos, que hacen de conjunto con Los Aldeanos, y Despedida, con Pablo Milanés.
Sin embargo ahora que lo medito mucho Jorge, también ese concepto lo han manejado en otros discos, recuerdo Dios salve al rey, La zanja, Catalejo, el propio Parque de provincia y unos cuantos temas más.
Solo le reclamaría, como seguidora en lo personal de estos músicos, que no olviden ese romanticismo que le ponen a sus canciones, pues aunque Lotería sea uno de ellos en Pi, no lo comparo con Intimidad o Noviembre y otras tantas que a lo largo de estos años tienen. Un saludo y bienvenido a Música Cubana.
Yelanys