jueves, 24 de febrero de 2011

Descubirendo a Alexander Díaz detrás de un concierto

Su voz puede envolver al oído más aguzado cuando en ruta su tono más íntimo. Allí Alexander Díaz (Guantánamo 1971) muestra la influencia del feeling genético que heredó de su padre Nelson y de su abuelo Ángel. Pero va más allá el cantante, pues para batir los encasillamientos se desdobla también al interpretar sones, o busca nuevas maneras entre géneros actuales, para colocar allí su sello.
En su más reciente concierto -una suerte de presentación de la etapa última del artista y donde exhibió los temas de su más reciente disco hecho en México y que facturará Bis Music-, expuso ese desdoblamiento interpretativo .
En hora y media de canciones, Alexander quiso recorrer ese largo camino que ha llevado por la música. Lo hizo a inicios de febrero en el Teatro Nacional. No dejó de evocar en esa velada aquella etapa suya con la orquesta de Isaac Delgado y dedicó especialmente al salsero En el malecón.
Con su padre en escena, el intérprete escogió para reverenciar al feeling que marcó tanto a su familia, ese hermoso tema Palabras de otra de las grandes compositoras cubanas y una de las más destacadas de ese movimiento, Marta Valdés.
Su vínculo con esa manera de componer sobrepasó los lazos sanguíneos y se palpó en 2005 con el proyecto discográfico Tres días de feeling, empresa que compartió, como dijo en el concierto, con artistas de la talla de los cantantes Pablo Milanés y Beatriz Márquez, y el reconocido pianista Chucho Valdés. De ese álbum escogió Boleros entre dos, un sencillo en el cual se hizo acompañar de su hija Alejandra. 
Una muestra de la versatilidad del artista para conducirse por otros estilos esa noche fue al seleccionar a los invitados. Junto al saxofonista y líder del grupo de jazz Habana Ensemble, César López interpretó Déjate caer.
El dúo con el cantautor Polito Ibáñez le impregnó la aureola trovadoresca, esa que emanó de Conversando con la luna, uno de las canciones que populariza en la actualidad.
Sin embargo, fue Dame más una de las letras de más fuerza en el escenario. Es que la unión “energética” con David Torrens fue uno de los momentos más aplaudidos.
Y para aquellos que esperaban verlo conectado con los géneros más contemporáneos, Alexander y su sobrino, Michel Delgado, deslizaron Lobos de la misma cacería, un reguetón que mueve a los bailadores sin colar en sus letras frases pedestres.
El recorrido musical de Alexander Díaz abarca sus estudios de guitarra en la Escuela Nacional de Arte, para luego titularse de la Escuela de Superación Profesional. Aunque a los 8 años escribió su primera composición, aún sin dominar la técnica de la guitarra, fue en el grupo Vidrio y Corte, que dirigiera la violinista Martha Duarte, donde introdujo temas de su autoría.
En 1991 integró la orquesta de Isaac Delgado. No obstante, su experiencia con la música popular bailable la completaron su trabajo con las agrupaciones Klimax, Bamboleo y la orquesta de Paulo FG, en todas ellas siempre estuvo como vocalista.
Apreciar el más reciente proyecto de Alexander en el Teatro Nacional ha sido una oportunidad única para palpar su música, esa que gusta de exponer en géneros muy criollos y en otros foráneos, para develar así un mundo de formidables potencialidades interpretativas.


*Imagen cortesía del artista. 

1 comentario:

  1. Gracias a una entrevista en la emisora javeriana estéreo 91.9 fm en Bogotá Colombia a Sonia Diaz, hija de Ángel Diaz, he disfrutado de algunas de las obras e interpretaciones del canta autor cubano inventor del feeling. Igualmente agradezco sus amenos comentarios. Ahora mi interés es conocer mas de la obra de Ángel Diaz y si me lo permites recurriré a ti.
    Saludos

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