Cubatón I. ¿Y si les hablo de Jacob Forever?

La reacción a un post de hace casi dos meses en mi perfil de Facebook me motiva a comentarles hoy sobre el denominado Cubatón, un fenómeno que tiene muchos seguidores y también detractores. A los últimos buena parte de lo que produce el género le parece intrascendente, sin valores serios. 

"Lo único que no entiendo de la guerra contra el reguetón es que ... ¿(es) una guerra contra un género?", se cuestionaba Rayner Palacios. 

Cuando me preguntan que aportan al melómano estilos contemporáneos como el reguetón, sin huir de la interrogante, siempre respondo que no se trata de una simple anulación o negación de la existencia de un género, sino de la capacidad de sus exponentes para defenderlo con ingenio, talento y perspicacia para llegarle a la audiencia.

El gusto siempre será una metáfora difícil de describir y analizar. Sin dudas, como forma creativa al fin, un género musical puede defenderse. No desconozco que el reguetón cubano ha sido ubicado muchas veces en ese saco de lo pedestre y en gran medida se debe a que muchos de sus exponentes han utilizado en sus letras facilismos tan encartonados, como la sexualidad, y han denigrado hasta la saciedad a las mujeres.

Recuerdo aquel comentario Mala cabeza, de Rufo Caballero, publicado hace algunos años en el diario Juventud Rebelde . Allí el crítico de arte se preguntaba: "a qué aspiramos cuando hablamos de buenas letras en la música popular. ¿A que los músicos jóvenes, pendientes del latir de la calle, nos acaricien con una inspirada versión contemporánea y citadina sobre el argumento de La montaña mágica, de Thomas Mann; o a la musicalización de los versos de Kavafis? ¿A eso, por ejemplo, le llamaríamos una buena letra? Así como hay que protegerse del populismo y la ramplonería, vale protegerse del prurito que impide comprender cómo fluye y anda, con su propia naturaleza, la cultura popular.. "

Coincido con Caballero. Se trata de "decir" utilizando los códigos actuales, esos que te permiten conectarte con esa gente humilde y su cotidianidad. Este post no es abanderado de toda ese arte que denigra y menosprecia la poesía, o la reflexión que se conciba desde la sencillez y racionalidad, pero tampoco discrimina la producción que de manera resuelta fotografia la realidad. 

Pensaba en ello cuando escuchaba a Jacob Forever, cuyas canciones, confieso, se me ha pegado muchísimo en estos días. En La dura, Jacob dice: "Tengo un repertorio de versos/ Y tu ni siquiera una miradita/Y yo contigo me fuera/ Al fin del mundo si quisieras..."

Versátil, el músico se mueve en varias vertientes, como la la balada y la fusión de la música urbana, aunque es el reguetón en el que más ha incursionado.

Muchas de sus biografías en Internet aseguran que el artista comenzó a los 17 años, en un espectáculo en el que desarrollaba sus habilidades como patinador y vocalista. Luego intervino en el proyecto de música urbana Made in Cuba, y después estuvo con Gente de Zona junto a Nando Pro y Alexander Delgado, en aquella etapa fundacional de la formación musical. Su partida de la agrupación fue en 2013. Volvió a los escenarios con Jacob Forever “El Inmortal” y su grupo.

Entre los discos de Jacob podemos encontrar a Más duro, que contó con la producción musical de Nando Pro; Son muchas cosas y El Inmortal. Este último lo presentó con la disquera Sony Music Latin. Por él fue nominado al Grammy Latino 2016 gracias al sencillo Hasta que se seque el Malecón, el cual tuvo un impacto tremendo en las plataformas musicales y un millonario número de visitas en Youtube, además de convertirse en un hit para el artista en Cuba. 

Jacob se agenció el Premio Latin American Music Awards 2016 en la categoría Nuevo Artista Favorito Urbano y viene labrándose una carrera internacional notable. Tomado como pretexto su despegue en el mundo digital y también teniendo en cuenta sus resultados promocionales y de ventas, así como la mirada que ofrece en sus canciones, debo decirles que no debemos dejar de seguirlo de cerca. 
Desde ya comenzaré a mostrarles en Música Cubana una panorámica del reguetón cubano porque, como dijo Rufo Caballero en el artículo que antes les cité: "Si nosotros somos la gente, y no digo yo si lo somos, caramba, y cuánto, tenemos entonces el deber, sagrado, de preservar y defender las expresiones de la gente".

Dejo abierto el debate. 
Foto: Tomada de www.ffmediacorp.com