lunes, 24 de mayo de 2010

Barbarito Torres: el rey del laúd

Siempre se habla de la pasión que sienten los artistas por la música. Cada historia devela elementos interesantes y muestra cuánta imaginación vuelcan luego los músicos en sus creaciones. Así sucede con el laudista Barbarito Torres (Matanzas, 1956), quien tiene una relación especial con la melodía.
Su infancia transcurrió entre notas sonoras. Su padre hacía décimas, era un “fanático del punto guajiro” y tocaba el laúd. A su casa iban algunos de los más grandes poetas y repentistas para “descargar”.
“Los cumpleaños, los velorios de santos..., siempre habían un motivo para formar el guateque, y en ese ambiente crecí”, confiesa Barbarito.
Recuerda Torres las tantas veces que acompañaba a hermana Conchita en las tonadas y temas guajiros que esta última interpretaba. Él la seguía primero con su voz, imitando lo debía tocar el laúd en un punto guajiro, y después la secundaba con el instrumento.
Así creció y se desarrolló en la música Barbarito Torres. Su virtuosismo fue reconocido
con el Premio de Honoren en la recién finalizada Feria Internacional Cubadisco 2010.
—El laúd es un instrumento que tienen una rítmica tremenda, ¿Cómo llegó a él?
—El laúd denota en su ejecución una gran riqueza melódica, armónica y rítmica. Empecé a tocarlo desde muy niño, junto a mi padre y también con mi padrino, Luciano Monet, un gran laudista cubano, desaparecido ya físicamente. Él me dio mis primeras clases, me enseñó los primeros puntos en este instrumento y ya a la edad de 14 años, era un profesional del mismo.
“Luego, en mi etapa de juventud, desarrollé la ejecución de este instrumento en todo tipo de música. Fui el primero que lo sacó de su ambiente original, para hacer cualquier tipo de música, desde la tradicional, hasta el jazz. También lo he llevado, con mucho orgullo a brillar en los escenarios internacionales”.
—¿Piensa que es necesario que en la Isla se potencie su enseñanza?
—Por supuesto. El laúd es uno de los instrumentos más importantes para la ejecución de nuestra música folclórica campesina, y también puede vincularse a otros géneros. Es un símbolo de cubanía. Y es de vital importancia que se desarrolle su ejecución en las jóvenes generaciones, para que no muera la tradición y siempre siga viva.
—Dicen que cuando usted hace sus solos con el laúd el público calla, y que cuando maneja el instrumento a la espalda, salen del auditorio voces de asombro. ¿Cuál es su secreto? ¿Cómo consigue concentrarse?
—Siempre, desde muy joven estudié mucho mi instrumento. Desde niño, el laúd fue mi juguete. Por tanto, conozco todos sus secretos y puedo dominarlo a la perfección. He practicado las formas de tocarlo, y para mí ya eso es algo habitual. Cuando toco, estoy en comunión perfecta con el instrumento, muy concentrado, es como si fuera parte de mi cuerpo y de mi mente. Tocar el laúd para mí es algo muy natural. Eso llama mucho la atención del público.
—Hábleme de su paso por la Orquesta Cubana de Cuerdas y de esa gran experiencia junto a Celina González, en el grupo Campo Alegre.
—La Orquesta Cubana de Cuerdas fue creada por ese gran promotor de la música guajira, el laudista Miguel Ojeda, y estuvo conformada, por los mejores instrumentistas de la cuerda pulsada del género campesino en nuestro país, allá por las décadas del 1970 y 1980.
“Fue un gran honor, un gran placer y una experiencia única compartir en esa agrupación con figuras de la talla de los laudistas Raúl Lima, José Manuel Rodríguez y Juanito Rodríguez Peña —a quien aún tenemos presente—; los guitarristas Ángel Romero, el chino Benemelis y Arsenio Núñez; y los treseros Mongo Huerta y Alcides Mendoza. Todos han sido artistas excepcionales dentro de la música guajira y la tradicional cubana. Todos con mucho que enseñar, con mucha savia donde beber y formarse.
“Fui también laudista del grupo Campo Alegre y estuve durante muchos años con Celina Gonzáles —desde 1986 al 90 aproximadamente. En el año 1992 fundé mi propia agrupación, El Piquete Cubano, que acompañó a Celina, durante varios años”.
—Dos agrupaciones importantes en la escena musical de la Isla lo han acogido. ¿Cómo valora su trabajo en Afro Cuban All Stars y el Buena Vista Social Club?
—Trabajar con el Afro Cuban All Stars, y el Buena Vista Social Club han sido un placer tremendo, ya que son dos agrupaciones imprescindibles en la historia de la música popular cubana.
“Resulta un privilegio compartir con músicos tan importantes y representativos de nuestra cultura musical, como Rubén González, Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Cachaíto López, el Guajiro Mirabal, Juan de Marcos González, Amadito Valdés, Eliades Ochoa, Pío Leyva, Manuel Licea y Omara Portuondo”.
—Cubadisco 2010 apunta su mirada hacia la música campesina. ¿Siente que el género esta siendo olvidado en la discografía y en los medios?
—Sí, pienso que sí. No hay que esperar a que haya un evento dedicado la música folclórica guajira para grabarla. Esta música debe estar presente siempre en las producciones discográficas y en la difusión, a través de nuestros medios masivos.
—Si tuviera que hablar de momentos sensibles en su carrera artística, ¿cuáles enunciaría?
—Cuando recibí la Orden por la Cultura Nacional, eso es algo que un artista siempre desea, poder aportar algo para su país. También cuando me fue otorgada la categoría de Profesor Titular del Instituto Superior de Arte, pues fue ver cómo mis formas de ejecución y mis modos de tocar el laúd, son un patrón para las nuevas generaciones de laudistas. Y lo más importante es el reconocimiento que ha merecido mi trabajo musical en cada escenario dentro de Cuba y fuera de ella.
—¿Qué proyectos llevan el pulso de Barbarito Torres en estos días?
—En estos momentos estoy trabajando y preparando el próximo  disco de mi agrupación Piquete Cubano, y a la vez realizamos conciertos junto a otros músicos invitados.
“Igualmente me presento con la orquesta Buena Vista Social Club en escenarios internacionales. Además, integro un equipo de especialistas que trabaja por la salvaguarda de las tradiciones musicales guajiras, donde investigamos y dejamos plasmado en soportes audiovisuales, las más genuinas tradiciones guajiras.
“Este grupo está liderado por la musicóloga Sonia Pérez Cassola y Patricia Tápanes, especialista de CREART. Con ellas, y otros amantes de esta labor que se nos suman, hemos realizado al álbum doble Soy la décima guajira, que asumió la EGREM el pasado año y que fue Premio Cubadisco en la categoría de música folclórica en esa ocasión.
“Este año hemos culminado un volumen doble que contiene el documental Parrandeando entre las lomas, dedicado a las parrandas campesinas de Florencia y de Arrollo Blanco, dos agrupaciones patrimoniales de la cultura comunitaria campesina, acogido en esta ocasión por la disquera Bis Music y que, por cierto, presentaremos en el marco de Cubadisco 2010”.

2 comentarios:

  1. Muy interesante la entrevista a este gran músico, embajador del laúd por el mundo.
    Mi admiración más profunda desde España y a todo el pueblo cubano.

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante trabajo.
    No conocia de la Orquesta Cubana de Cuerdas , creada por Miguel Ojeda ( De el onocia Orquesta Cuerdas Antillana , que tengo los 2 LD grabado) .
    Esa orquesta grabó?
    Felicitaciones , siempre se aprende algo.

    ResponderEliminar