lunes, 27 de septiembre de 2010

Un astro del jazz deslumbrará en La Habana

Como una gran descarga de buenas energías llegarán los conciertos que ofrecerán a inicios de octubre venidero en La Habana, el virtuoso jazzista norteamericano Wynton Marsalis y la orquesta de jazz del Lincoln Center (Jazz Lincoln Center Orchestra) de Nueva York.
Invitados por el Instituto Cubano de la Música (ICM), Marsalis y la agrupación se presentarán en el capitalino teatro Mella los días 5, 6, 7 y 9 de octubre, siempre a las 8:30 de la noche.  
Según divulga el ICM en nota de prensa, el reconocido músico compartirá escenario con destacados cultores del género en la Isla, como el maestro Chucho Valdés.
Los artistas estadounidenses impartirán una clase magistral para estudiantes de música el 9 de octubre, a las 11:00 de la mañana, en el mismo Teatro Mella, y visitarán escuelas de arte e intercambiarán experiencias con colegas cubanos.
Wynton Marsalis, nacido en Nueva Orleans en 1961 e hijo del pianista y jazzista Ellis Marsalis, irrumpió en la escena musical de su país en la década de los 80 con su espectacular forma de tocar la trompeta. Desde su primer disco, Wynton Marsalis (1981), se percibe su peculiar estilo, el cual ha marcado los aproximadamente 50 fonogramas que tiene bajo su autoría. Entre los lauros alcanzados por Marsalis se encuentran nueve Premios Grammys y el Pulitzer que recibiera en 1997 por el álbum triple Blood on the Fields, devenida primera obra jazzística ganadora de ese importante galardón.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Nuestra música en los Grammys Latinos (II): Descemer Bueno


Si la soledad te enferma el alma/si el invierno llega a tu ventana, /no te abandones a la calma , con la herida abierta./Mejor olvidar y comienza una vida nueva,/Y respira el aire puro,sin el vicio de la duda. /Si un día encuentras la alegría de la vida,/Se feliz, se feliz, se feliz, se feliz...  
No me canso de escuchar ese tema. Sé Feliz, interpretado por el gran bolerista cubano Fernando Álvarez, por la cantante criolla Anaís Abreu, por la española Luz Casal, aparecido en la banda sonora de Habana Blue, de Benito Zambrano... En todas las versiones, ha salido una verdad a flote, Descemer Bueno, su autor, es un hombre de una gran sensibilidad y con un mundo interior muy prodigo que lo hace volcarlo en pequeñas historias musicalizadas.
Tanto es así que cuando se escucha ese fabuloso álbum Amor y música, que Kelvis Ochoa y Descemer mostraron hace aproximadamente dos años, gracias a la EGREM, pues una no deja de percibir toda energía positiva de una sincera amistad.
Sin dudas, Descemer Bueno inscribe su nombre entre los mejores compositores cubanos de la actualidad. Ahora se encuentra nominado a los Grammys Latinos, por Cuando me enamoro, un sencillo que compone a dúo con el cantante Enrique Iglesias y que interpretan este último y el reconocido músico dominicano Juan Luis Guerra.
Cuando me enamoro, pertenece al disco Euphoria, y en él Enrique Iglesia ha incluido canciones en inglés y español, además de que ha contado con la colaboración de artistas como Nicole Sherzinger, Pitbull, Usher y Wisin yYandel.
Pero resulta que de Euphoria es  Cuando me enamoro el que la Academia Latina de la Grabación ha nominado en la categoría de canción del año. El binomio Iglesias-Bueno compite en ese apartado con Desde cuándo, de los españoles Alejandro Sanz y Tomás Torres; Las calles, del panameño Rubén Blades; Mientes, de los mexicanos Mario Domm y Mónica Vélez; y Una canción me trajo hasta aquí, del uruguayo Jorge Drexler. Solo Mientes es no es interpretada por su autor, pues en este caso la canta el grupo Camila.
Debo decirles que Descemer Bueno ha compuesto para jóvenes cantantes cubanas y sus letras han gozado de popularidad por su intensidad y talento. Recuerdo ahora mismo las versiones  de Tu nombre, hechas por Haydée Milanés (aparecida en su disco Haydée Milanés en vivo) y por Diana Fuentes (CD Amargo pero dulce) , que poseen un lirismo y una sensibilidad muy grandes.
Los textos de Bueno son un viaje hacia la exquisitez y al fino ejercicio de componer reflejando sentimientos reales, porque para que una buena canción llegue, solo debe retratar a los seres humanos con nuestras luces, pero también sin nuestros mejores semblantes.




miércoles, 15 de septiembre de 2010

Nuestra música en los Grammys Latinos (1)

Hoy les propongo acercarnos al tema de la presencia de la música cubana en los premios Grammy Latinos, a raíz de la reciente divulgación de la lista de nominaciones hecha por Academia Latina de las Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos  (LARAS, por sus siglas en inglés). Es bueno aclarar que nuestra melodía, trascendente por sus matices tímbricos y por géneros oriundos del territorio nacional que se preservan, los cuales son un distintivo en plazas internacionales, no tiene que signarse a la legitimación de un pequeño jurado que pueda decidir qué es bueno y qué no, como patrón de medida, aunque tampoco debieran ceñirse las otras músicas. Si embargo, no desconozco que es distintivo y un incentivo para el trabajo de quienes también han obtenido estos lauros.
Esta vez hay varios cubanos nominados en los diferentes apartados que se premian. En primer lugar se ha divulgado la noticia de la nominación del cantautor Silvio Rodríguez, quien compite con su álbum Segunda Cita en el acápite de Mejor álbum cantautor. Allí también están nominados los cds Cantares del subdesarrollo, del panameño Rubén Blades; Amar la trama, del uruguayo Jorge Drexler; Cruce de caminos, del  colombiano Santiago Cruz, María Gadú, de la brasileña María Gadú; y El tiempo del viento, del  dominicano Pavel Núñez.

Para Silvio esta es su segunda nominación a los premios, ya que por su fonograma Erase que se era, el autor de Ojalá y La gota de rocío, estuvo compitiendo en la mencionada categoría en la edición del galardón en 2007.

Pero uno de los elementos que más sobresale entre las nominaciones cubanas es que en la categoría de Mejor álbum de música tropical tradicional tengan como referentes a la melodía nuestra o sean fonogramas de artistas de la Isla los que resulten nominados. En este apartado tenemos al Septeto Habanero y su álbum doble 90 años, orgullo de los soneros, comentado en Música Cubana. Allí la agrupación, liderada por Felipe Ferrer, interpreta 26 sencillos del cancionero tradicional cubano, destacando obras de Pedro Ibáñez, Manuel Corona, Gerardo Martínez y Guillermo Castillo —estos dos últimos fundadores en 1920 del afamado grupo.  Junto al Habanero compite otra agrupación coterránea Sierra Maestra con Sonando ya, un grupo cultor de la música tradicional de la Isla y que trae este fonograma que de seguro colma las espectativas de sus seguidores.

La huella cubana también se palpa en esa categoría con el disco El último trago, de la cantante española Concha Buika y con la magistral interpretación en el piano de Chucho Valdés. Ese CD fue grabado en abril del pasado año en los Estudios Abdala de la capital cubana y con ello ambos músicos rinden homenaje a la mexicana Chavela Vargas.

Las otras candidaturas en el apartado también dan una muestra de la música criolla con el cd 100 sones cubanos, de varios artistas. En él su productor, Edesio Alejandro recopiló en cinco discos éxitos musicales y un documental que resalta al son cubano.

“Más que un género musical el son es un fenómeno artístico-social arraigado profundamente a la idiosincrasia del cubano, que ha evolucionado dejándose adaptar a cada época por el pueblo y los autores musicales”, ha expresado Edesio al sitio www.descarga.com . 
Sarandonga, El que siembra su maíz, Lágrimas negras, El punto cubano y Pare cochero, son algunos de los títulos que contiene 100 sones cubanos. Por último y no menos importante se encuentra el volumen Tributo a Orlando Contreras, El Jefe del Despecho, de Pedro Jesús. Aquí el intérprete, según aparece en el sitio www.descarga.com, rinde homenaje al bolerista cubano Orlando Contreras con temas como En un beso la vida, Sin egoismo y Si yo pudiera. En esta producción se enrolan músicos como Gino Picart (piano), Luis "Jungo" Ortiz (bajo), Elton Reyes (trompetas), Guillermo Hewitt (trombones) y Alberto "Coco" Reyes (coros).

lunes, 13 de septiembre de 2010

El rostro musical de Moneda dura

Nassiry Lugo entona Candil de nieve. Rapea, se mueve con soltura en el escenario y propone, con frases rápidas, su versión de la canción de Raúl Torres. Su banda lo secunda a golpe de puro pop rock. El teatro Karl Marx colapsa.
Les sucedió en varias ocasiones la noche en que decidió ofrecer el concierto con su grupo, y sobre todo con aquellos sencillos contenidos en su disco Ojalá (EGREM 2002), álbum trovadoresco que los llevara a interpretar temas de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Amaury Pérez, Gerardo Alfonso y Carlos Varela, entre otros cantautores nacionales.
Moneda dura lo había decidido: despediría la presente cita estival con su música y para ello no escogió una plaza pública y apostó por el reto de actuar en un teatro, donde un convincente juego de luces y una simple y funcional escenografía, también secundó la actuación de la banda.
Pero fue el dinamismo ganado en la escena, que no le permitió perder un minuto entre canciones, uno de los puntos descollantes de la velada, lo cual mantuvo en plena hiperactividad al público, compuesto en su mayoría por adolescentes. 
El concierto también fue un buen momento para ponernos en sintonía con las composiciones actuales del grupo. Dos nuevos temas, Algunas enemigas y Caminos infinitos, conectaron a los presentes con lo que será la próxima producción fonográfica de Moneda Dura.
Pero la agrupación, fundada en la Universidad de La Habana en 1997, no dejó a los espectadores aguardando por los éxitos de su autoría. Así cantaron los románticos Al Sudeste y Sin hablar, el sensible Los ojos de Aitana, el irreverente Mala leche, y los de crítica social Callejero y Lola.
Allí como en Luna Negra, Yo vengo de La Habana y otros tantos, la banda mostró una clara referencia hacia la música criolla, pero en la cuerda del rock alternativo, el pop, el reggae y el funk que tanto defienden.
En lo personal, fueron aproximadamente dos horas que me permitieron rememorar a uno de los grupos que marcó a muchos coetáneos en mi etapa adolescente, aunque confieso que en el Karl Marx había un notable número de personas que ya rebasaba ese período de vida.
El público que fue a escuchar a Moneda Dura, puso en clara evidencia que la propuesta de la banda tiene seguidores. La formación musical dialoga con romanticismo sobre vivencias cotidianas con un leguaje juvenil y es un elemento válido. Más de una década ya le da un rostro dentro de la música que enarbolan.